Türkiye, 8 Days: Istanbul, Cappadocia and Pamukkale

Sobre el destino: Estambul debe su importancia histórica y su increíble patrimonio cultural y arquitectónico a su estratégica ubicación, a caballo entre el estrecho del Bósforo que separa Europa de Asia Menor. A través de la mayor parte de sus 2.500 años de larga historia, la ciudad (conocida primero como Bizancio, luego como Constantinopla y desde 1930 como Estambul) era un crisol de culturas. Hoy, su población de más de 13 millones es casi exclusivamente de Turquía, y muchos de sus habitantes son inmigrantes recientes de pueblos turcos, atraídos por la promesa de empleos y carreras en esta vibrante ciudad. Estambul ya no es la capital del país, sino que es el motor económico y cultural de Turquía, la ciudad fue Ciudad Europea de la Cultura en 2010 y la mayor parte de sus monumentos son Patrimonio Mundial de la UNESCO. El patrimonio de la ciudad incluye impresionantes mezquitas otomanas e iglesias bizantinas y catacumbas, columnas de los templos helénicos y los restos de enormes muros medievales de la ciudad. Pero hay más en Estambul que herencia bizantina y otomana. El crecimiento económico de la ciudad ha contribuido a crear una escena cultural y musical en auge, con una plétora de nuevos bares, discotecas, galerías de arte privadas, restaurantes y tiendas de moda exclusivas.

Sobre el destino: Capadocia es una región histórica de Anatolia Central, en Turquía, que abarca partes de las provincias de Kayseri, Aksaray, Niğde y Nevşehir. Capadocia se caracteriza por tener una formación geológica única en el mundo y por su patrimonio histórico y cultural. En el año 1985, fue incluida por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad, con una zona protegida de 9576 ha.1

Sobre el destino: Su nombre significa “castillo de algodón”, y cuando uno lo tiene delante entiende el motivo. Pamukkale es uno de los lugares más hermosos, no sólo de Turquía, sino de todo el mundo. Con una altura de 160 metros, y una extensión de unos 2700, la montaña de Pamukkale está en su totalidad cubierta de una sustancia blanca que, en la distancia, puede recordar a la nieve. Nada más lejos de la realidad. En esta zona de clima templado, lo que cubre el fantástico “castillo” no son sino los residuos de carbonato de calcio y diferentes minerales del agua de sus fuentes, que se han ido depositando y solidificando formando esas pintorescas cascadas y piscinas de caliza y travertino en forma de medialuna.